Me Atengo a Mi Herencia

Otro Mes de la Herencia Hispana ha pasado en la era de COVID y es otro año en el que no lo he celebrado adecuadamente. Pero luego ciérro los ojos y todo vuelve a mi mente. La especia embriagadora de canela y chiles soplando a través del aire. La música animada y la risa culminan en una balada rica con un ritmo que siento en mis huesos. Gritos y cantos de valor e independencia inundando sobre mí y las luces parecen un poco más brillantes. Doy vueltas y veo nuestras banderas, tantos colores borrosos juntos, convirtiéndose en un caleidoscopio.

Esos son los recuerdos que he mantenido en estos dos últimos años, no sólo en medio de la pandemia, sino también en el clima político. A pesar del cambio de poder que hemos tenido a principios de este año, las raíces de la discriminación y la inequidad de la comunidad hispana son profundas. Todavía vemos barrios empobrecidos y llenos de familias inmigrantes hispanas y la deshumanización de grupos enteros, simplemente basados en su lengua materna o estatus migratorio. Todavía recuerdo el miedo y la confusión de ser amenazada en la tienda por hablar español y cuando literalmente escupieron en los pies mientras caminaba por la calle.

Además, soy consciente de que, como cualquier otro área del mundo, Latino América tiene sus propias cuestiones y ámbitos de contención. Hay quienes argumentan que mis experiencias y esas como ellas son una mejor alternativa que lo que se experimentaría en nuestros países de origen, que ser escupida en la calle es mejor que encontrarse en una zanja. Mi respuesta es siempre esta: Amo este lugar lo suficiente como para saber que podría ser mejor. Tenemos el potencial de alcanzar algo mayor, a nivel nacional y mundial. Lo veo todos los días en palabras de afirmación, una mano que ayuda y la bondad abrumadora de deconocidos.

Como que los héroes de grandes historias de fantasía o ciencia ficción, a menudo me siento como un caminante del reino—capaz de cruzar entre mundos y ser conocida por muchos nombres. Sin embargo, al fin y al cabo, todavía hay un mundo y yo soy simplemente yo misma. A pesar de la tensión entre diversos grupos de personas, soy una mujer orgullosamente nacida en México que vive en los Estados Unidos. Siento que he heredado lo mejor de la mezcla de culturas en las que me crie. Las mejores partes de mí han sido influenciadas por mi herencia hispana. Un abrazo de saludo en un hogar hispano, siendo alimentades y amades y duchades de amor. La manera en que los amigos de la familia hacen todo lo posible para traernos sopa casera cuando estamos enfermos. La nuestra es una cultura de calidez y de compartir y apoyo comunitario. ¿No es eso por lo que todos deberíamos esforzarnos, especialmente en una era de distancia e incertidumbre?

Háganos saber lo que piensan, comentando en nuestro sitio web o plataformas de redes sociales. ¡Hasta la próxima vez! ¡Esperamos que tengas un Halloween y el Día de los Muertos feliz y seguro!

-Alice Santos, Directora Ejecutiva